Por Lucas Morando
Exactamente un mes después de que el jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, reconociera públicamente que la ampliación prometida de la red de subterráneos no será posible en su gestión, esta semana llamó a licitación para avanzar con la construcción de un tranvía urbano que, estiman, costaría seis veces menos que el subte.El proyecto, que el Gobierno aún no desea comunicar oficialmente, contempla la extensión del poco explotado Tren del Este que opera en Puerto Madero y pertenece al Gobierno nacional. La idea es alargar su traza a cuatro zonas de la Ciudad para mejorar la conectividad norte–sur y ayudar a asfixiar el caos de tránsito.
Los ejes de expansión serán trazados en varias etapas y uno de los más importantes será hacia el corazón de La Boca, siguiendo la traza del Tren del Este hasta el puente Barraca Peña, para en el futuro avanzar hacia Avellaneda y aceitar la conexión con la Provincia.
El otro corredor será trazado hacia el suroeste porteño y llegaría hasta Parque Patricios, donde el Gobierno desea desarrollar el Centro Cívico Siglo XXI, el futuro corazón político de la Comuna, donde Macri planea mudar los cincuenta edificios que hoy ocupan toda la administración porteña.
Bajo la carátula de “tranvía urbano”, el jueves se publicó en el Boletín Oficial el llamado a licitación para que una consultora estudie cómo articular las trazas del tranvía con el tendido actual de la red ferroviaria, del los subtes y del flujo de tránsito vehicular. Además, se pedirá una evaluación de la viabilidad comercial, es decir, si existe una demanda real de pasajeros que justifique la inversión multimillonaria de un proyecto así.
Económico y eficaz. Se calcula que el kilómetro del subte cuesta unos 50 millones de dólares, pero el tranvía urbano es seis veces más económico: los especialistas estiman que cada mil metros costaría el 15% de lo que vale el subterráneo, y hasta menos, si se logra celebrar un convenio con el Gobierno nacional para poder utilizar parte de los tendidos de la actual red ferroviaria.
Este tipo de transporte es común en Europa: funciona en más de 100 ciudades con 10 mil kilómetros de vías trazadas. Sus impulsores aseguran que combina lo mejor de dos mundos, la accesibilidad y comodidad de un autobús, y la seguridad y capacidad de un tren. Además, es compatible con el tráfico peatonal.
Gabriela Michetti, vicejefa de Gobierno porteño, confirmó a PERFIL la vital importancia de esta obra principalmente por inscribirse dentro del plan de ordenamiento del transporte público. Y, además, por su contundente efecto político.
Otras importantes fuentes oficiales confirmaron también que la intención es avanzar seriamemte con este proyecto y aseguraron que en una primera etapa se buscará extender el tranvía desde Puerto Madero hasta Vuelta de Rocha, en La Boca, por lo que habría que realizar un acuerdo con el Gobierno nacional, quien administra el Tren del Este. La misma fuente desestimó que se trate de una medida “sacada de la galera” para afrontar el fracaso de la prometida construcción de 10 km de subte por año.
“En vista de las condiciones actuales del transporte público y los graves inconvenientes de tráfico, el Gobierno considera conveniente y oportuno promover la creación de nuevos modelos de transporte de pasajeros que presten ventaja competitiva para los vecinos, siendo el tranvía uno de los más apropiados”, fundamenta desde sus páginas el llamado a licitación firmado por la Dirección General de Infraestructura del Gobierno porteño.
“El objetivo también es complementar la batería de resoluciones tendientes a mejorar el tránsito y potenciar el desarrollo en zonas como Ciudad Universitaria, donde hoy no llegan muchas líneas de colectivos”, subraya Daniel Amoroso, presidente de la comisión de Tránsito de la Legislatura. “Un sistema así ayuda a desalentar el uso del auto particular en los centros comerciales, y acompaña la tendencia mundial que busca mejorar la calidad del transporte público masivo y darle calidad al pasajero”, completó, y confirmó que las formaciones contarán con un sistema mixto de pago, tanto con monedas como con algún soporte electrónico.
También, colectivos eléctricos
El tranvía urbano no es la única carta bajo la manga macrista para aceitar el tránsito porteño.
Algunos de sus técnicos trabajan en el desarrollo de un sistema que comunique Puerto Madero con Ciudad Universitaria a través de un transporte novedoso en el país.
Se trata de un “colectivo verde” eléctrico, para unos 15 pasajeros, que puede recorrer hasta 65 km con una sola carga.
“La idea es unir Retiro con Ciudad Universitaria porque allí se concentran miles de estudiantes y académicos que no están conectados con los centros de tráfico porteños. En otros lugares del mundo los campus están mucho mejor comunicados con la ciudad”, confirmó Eduardo Moreno, subsecretario de Transporte porteño, a PERFIL.
En las próximas semanas, sus técnicos terminarán de limar los detalles del proyecto, que estaría funcionando para mediados del año que viene.
Un minibus verde de esas características es relativamente barato: en los países de origen cuesta entre 20 y 30 mil dólares. Y la implementación tampoco es demasiado costosa, sólo hay que instalar algunas estaciones de recarga.
Este tipo de transporte ecológico también podría ser utilizado para algunas recorridas turísticas por el casco histórico porteño, sin causar el deterioro propio que producen las emisiones de carbono de los motores convencionales en las construcciones que se desea preservar.
La Agencia de Protección Ambiental también trabaja en un transporte “verde”. Se trata de un vehículo híbrido alimentado a diésel y eléctrico que reduce las emisiones en un 75% y que estaría operando a partir de 2009.
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